La publicidad utiliza todos los canales a su alcance (escritura, foto, sonido), por lo que se puede relacionar con otras actividades como la literatura, la pintura o el cine. Se trata de un medio íntimamente ligado al desarrollo de nuevos medios de comunicación, evoluciona con ellos. Desde los primigenios anuncios en
cartelería o periódicos hasta los actuales en internet, pasando por la radio o la televisión, la publicidad ha evolucionado con ellos.
No quiere decir esto que la literatura no haya evolucionado. En sus orígenes se transmitía de modo oral, el emisor hablaba y cantaba y el receptor escuchaba: la literatura consistía en cantar canciones e historias, muchas veces relacionadas con la religión. Hoy en día, por literatura se entiende únicamente la escrita: el emisor escribe, el receptor lee. Pero que el emisor escriba y el receptor lea no quiere decir que la transmisión de la literatura no haya evolucionado. A lo largo de la historia las obras literarias se han difundido mediante lecturas en voz alta, papiros o pergaminos hasta la llegada del papel y actualmente mediante medios digitales (libros digitales, ordenador, etc.).
Los lectores de libros digitales ofrecen algunas ventajas frente al tradicional libro en papel: muchas obras sin ocupar espacio, menor coste, fácil transmisión,
personalización de la lectura, mejor conservación de la naturaleza, etc. Pero no todo son ventajas: el libro tradicional tiene valor por sí mismo (arte de hacer libros y coleccionarlos), un libro ayuda a centrarse en una sola lectura, cambiar de lectura es cambiar físicamente de libro, no necesita ningún tipo de energía como la electricidad y protege el trabajo de los que lo han fabricado, puesto que no es “pirateable”.
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